Una pintoresca trama de callejones y escaleras, con vistas a un mar de colores espectaculares, es el paisaje que encanta a cualquiera que llega a la costa de Amalfi.
Amalfi, la ciudad que da nombre a toda la costa, está presidida por la majestuosa Catedral dedicada a San Andrés y ofrece interesantes testimonios de su glorioso pasado como República Marítima.
En este rincón del paraíso, la historia y la leyenda se entrelazan creando un todo inseparable.
Según la tradición, Hércules, el dios pagano de la fuerza, amaba a una ninfa llamada Amalfi, cuando ella murió Hércules quiso enterrarla en el lugar más hermoso del mundo y para inmortalizarla le dio el nombre de su amada a la ciudad.
Pasear por el paseo marítimo o por las típicas calles sin el estrés de deambular durante horas sin encontrar aparcamiento, es una de esas experiencias para hacer una vez en la vida y de las que seguro quedas satisfecho.